"La bailarina", nos dijo un productor de artesanías cuando nos contó como se enriqueció con una montaña de pepas que tenía una abuela que vendía jugo de Asaí en Brasil. Hoy en día ya no es este el negocio, mas bien será el aceite o el liofilizado que se exporta a los llamados países desarrollados y como siempre se repite la historia, la colonización ahora es con demanda y dinero a los países del sur.
A pesar del desmonte en la selva, la princesa queda en pie, aunque los jóvenes indígenas se han vuelto perezosos y con tanta abundancia prefieren cortarlas antes de subirse a buscar su manjar.
Esta es la historia de un joven que recibió la visita de su padre y quiso atenderlo como se hace en la selva. Rápidamente fue al monte en busca de un Asaí para servirle, pero en vez de treparse, lo corto. Nosotros encontramos esta palma tumbada en el suelo y decidimos hacerle un homenaje como se le hace cuando ella alcanzó su madurez y deja de producir.
Aquí se puede ver como sirve como material para construir y lo hermosa que es su madera luego de rasparla para quitar el gris de su piel y como detalle dejamos una falda por debajo y un tallado de un árbol para dar por terminada una puerta en una casa.
Así la Euterpe precatoria nos regaló una vez más parte de su escencia para vestir nuestro hogar.
Para saber más les regalamos este link:
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